Factores genéticos: Las probabilidades de padecer depresión se incrementan entorno al 25 o 30% si se hayan antecedentes familiares, como padres o hermanos.
Factores fisiológicos: Tener mermada la hormona de la serotonina, interfiere en la buena regulación del estado del ánimo.
Factores ambientales: Desencadenantes de la vida cotidiana, como un despido, una ruptura sentimental, problemas económicos, etc.
Factores personales: Las mujeres tienen un mayor porcentaje de posibilidades de padecerla (un 25%), frente a los hombres (un 12%). Entorno a los 35 y 45 años se da con mayor frecuencia, aunque también puede desarrollarse en otras edades.
Factores bioquímicos: La depresión se relaciona a distintos neurotransmisores, encargándose de llevar la información de una neurona a otra. Se da una deficiencia funcional de la noradrenalina en el cerebro de las personas que padecen depresión. Un nivel escaso de serotonina se relaciona con la aparición de la depresión y la cronificación del mismo.
Factores endocrinos: Se relaciona con el eje hipotálamo-hipófiso-adrenal con la depresión debido al aumento de secreción del cortisol. La depresión también está relacionada con el eje hipotálamo-pituitario-tiroideo, así que las personas con hipotiroidismo son más propensas a padecer depresión, o al revés.