Se profundizará en la historia de la pareja para poder descubrir cuál es el problema subyacente. Por lo que se hará un repaso a toda la biografía desde cómo fue su primer encuentro, en qué punto estaban cada uno de ellos y a qué renunciaron para poder estar juntos como pareja.
Además, se hará un repaso a las experiencias que cada integrante de la pareja mantiene con sus familiares. Son muchas las ocasiones en las que las parejas realizan los mismos patrones disruptivos que vivenciaron en sus familias de origen. Por tanto, los comportamientos se repiten de forma inconsciente.
Cuando se ha localizado el problema es interesante comenzar a trabajar la comunicación. Corregir como cada uno de los integrantes de la pareja expone sus quejas ante el otro o como enfocan la forma de comunicarse entre ellos. Potenciar que entre ambos comiencen a hablarse desde el modo diálogo y no monólogo. Con la finalidad de que asimilen cómo expresar sus sentimientos, opiniones y quejas desde un punto constructivo sin tener que herir al otro ni perder las formas.
Otro punto importante a tener en cuenta en la terapia de parejas es la toma de conciencia frente a la responsabilidad del problema es de la pareja y por tanto de dos, no de uno solo. Esto es muy importante trabajarlo para evitar los reproches o aumento de problemas.
En las sesiones se trabajarán el desarrollo de unas bases de relación en las que no se propicie una dependencia emocional, se reavive la ilusión por la pareja, los detalles y muestras de atención mutua.
Una vez pasado a la fase de tratamiento, se aplicarán las diferentes técnicas terapéuticas tanto en sesiones como para realizarlas en casa.
Matizar que algunas sesiones serán en conjunto, y otras de forma individual. A demanda de cómo se vayan trabajando los diferentes problemas.