¿Qué es la resiliencia? Guía para ser todo un experto.
Definición de resiliencia
La resiliencia, según la Real Academia Española de la Lengua (RAE), se define de la siguiente manera: “se trata de la capacidad humana de asumir con flexibilidad situaciones límite y sobreponerse a ellas”.
En el ámbito de la psicología añadimos a la definición de resiliencia de la RAE que, además de afrontar las diversas crisis de la vida y las situaciones traumáticas, nos pueden enseñar distintos aprendizajes y, por tanto, salir reforzados de tales circunstancias.
- A través de la resiliencia, reestructuramos los propios recursos psicológicos de los que gozamos. Ayudándonos a manejarnos en las circunstancias nuevas que se nos presentan.
Por tanto, las personas resilientes además de saber sobreponerse a las adversidades que han experimentado, también emplean esas vivencias para crecer internamente y aumentar su propio potencial.
- Las personas resilientes ven las etapas duras de la vida como momentos difíciles de vivir. Tienden a tener buen humor ante cualquier situación.
¿Cómo potenciar la resiliencia?
No se trata de una cualidad innata, aunque lo que sí puede darse es una predisposición a tener buen carácter.
A partir del aprendizaje por observación se puede incrementar la resiliencia. Estas personas a las que se observa suelen ser referentes cercanos como sus progenitores. Otras personas en cambio, sin tener referentes de los que adquirir tal fortaleza, lo hacen por sí solos.
Por lo tanto, es posible ser personas resilientes realizando modificaciones en nuestras creencias y hábitos.
La persona resiliente no nace, se hace. Enfrentándose a sus propias vivencias, con sus correspondientes derrotas, sin dejar de intentarlo hasta lograr su objetivo.
¿Cuáles son las características de la personas resilientes?
Estas son 7 prácticas de las personas resilientes:
- Conocen cuáles son sus potencialidades y cuales sus limitaciones. Son personas que emplean su propio autoconocimiento para saber cómo deben enfrentarse a los distintos retos que les plantea la vida, saliendo airosos y fortalecidos de tales situaciones.
- Asumen las dificultades que les presenta la vida como una oportunidad de aprendizaje. Las personas resilientes interpretan los momentos de crisis como un momento óptimo para provocar un cambio, del cual aprenden y crecen. Son conscientes de que se trata de un momento puntual y que la situación convulsa en la que se ven inmersos no durará para siempre. A la vez son conscientes que de la manera en que gestionen tal situación, dependerá su futuro.
- Confían en sus capacidades. Como son conscientes de sus potenciadores y sus limitadores, son capaces de confiar en sí mismos y en lo que son capaces de hacer. Tienen siempre presentes sus objetivos y sienten seguridad de que los van a lograr. Saben pedir ayuda en caso de ser necesario y valoran en positivo el trabajo en equipo.
- Son creativas. Cuando se les presenta una adversidad son capaces de reconducirla hasta que les aporte algo nutritivo para ellos. Donde otras personas solo ven un desastre, ellos ven una oportunidad.
- Tienen una visión objetiva de la vida. Son optimistas y a la vez realistas. Saben que, aunque estén en una etapa complicada de su vida, no va a ser así para el resto de sus días. Por lo que emplean sus propios recursos, para asumir esa etapa, sin desvanecerse en el intento, ya que siempre salen airosos.
- Hacen mindfulness. Son personas que viven plenamente presentes en el momento “aquí y ahora”, lo que les hace tener una gran capacidad de aceptación a la incertidumbre. Al tener esta conciencia plena, no les frenan las preocupaciones del pasado, ni del presente, sino que las aceptan tal cual se presentan.
- Su círculo tiende a ser de personas que tienen una actitud positiva. Evitan estar en contacto de personas que sean muy negativas y si tienden a rodearse de personas que sean más positivas, tejen una red social sólida. Eso le aportará sujeción en los momentos complicados.
Aunque no seas una persona resiliente, piensa que siempre surgen oportunidades en tu vida para empezar a poner en práctica el optimismo y la resiliencia.
Trabajar tu propio autoconcepto es un buen comienzo ya que, a partir del mismo, sabrás cuales son las cualidades que te potencian y cuales te limitan.
Ver de un problema una oportunidad es un buen comienzo para ser resiliente.