||||

Diálogo interno, todo lo que tienes que saber sobre él.

¿Qué es el diálogo interno?

El diálogo interno se trata de la forma en que tenemos estructurados nuestros patrones de pensamiento y de hablarnos sobre nosotros mismos. Dicha forma, está involucrada de forma muy estrecha en la manera de sentirnos. Este diálogo interno, tiende a darse con mayor frecuencia de manera negativa llegando a ser destructivo. Sin ser conscientes de que esa manera de hablarnos, de enfocarnos, está tan enraizada dentro de nosotros, que ya forma parte de nuestras actitudes y comportamientos.

Desde la más tierna infancia, se van produciendo las relaciones interpersonales. En las mismas, se van construyendo diversos discursos, compuestos de roles prestablecidos, creencias erróneas o distorsionadas y de etiquetas. Por lo que hemos aprendido que esto es la forma correcta de relacionarnos con nuestros familiares y amigos, por tanto, también con nosotros mismos.

Con la familia, los amigos o compañeros de trabajo hablamos de forma continuada, pero realmente con quien más mantienes un diálogo es contigo mismo. Si una persona de tu círculo necesita de ti, seguramente siempre estes dispuesto a ofrecerle la mejor respuesta para gratificarlo. Pero es muy probable, que cuando se trate de ti mismo, no tengas esa paciencia que has tenido con tu círculo cercano, y comiences a etiquetarte, a juzgarte, o pensar de forma nociva hacia ti mismo. Pensar mal sobre nosotros mismos, nos genera rechazo, culpa, o enfado, llevándonos a una baja autoestima, o a un estado anímico de ansiedad, estrés o depresión.

Nuestro diálogo interno nos puede llenar tanto de positividad o de negatividad, y con ello a sentirnos autorrealizados o a dar paso al autosabotaje. Por lo que es muy interesante conocer como es nuestra relación con nuestro diálogo interno.

diálogo interno

¿Cómo nos afecta nuestro diálogo interno?

La manera que elegimos para dirigirnos a nosotros mismos, nos define. Es decir, si te diriges con desprecio, creyendo que eres mucho menos que cualquier otra persona, criticando tu propio potencial, estas siendo tu propio enemigo y por tanto autosaboteándote.

En cambio, cuando nos referimos a nosotros mismos desde el amor, el respeto, la compasión, la permisión, estamos siendo nuestro propio amigo .Cuando tenemos nuestro propio dialogo interno, se activan áreas neuronales, haciendo una modificación dentro de tu cerebro. Si empleas un diálogo en positivo vas a fortalecer tu estado anímico, reducirás el estrés, la ansiedad, y en definitiva estarás mejor.

En cambio, cuando tu dialogo interno es en negativo, tu estado anímico se ve reducido, al igual que tu energía, o tu forma de resolver las diversas situaciones. Por lo tanto, un diálogo interno negativo, nos perjudica, nos debilita y modifica el cerebro. Haciendo que seamos mucho más propensos a presentar trastornos del estado anímico. Por otro lado, un diálogo interno negativo, nos va a censurar más nuestras relaciones sociales.

Al autosabotearnos, nuestros pensamientos, forma de comportarnos o de emocionarnos se verán comprometidos. Ya que nos veremos con un comportamiento totalmente ineficaz ante la situación a la que nos exponemos, y como no los pensamientos negativos afloraran y con ello, las emociones más displacenteras. Esto se convertirá en un bucle, que te hace enfrentarte mal ante el mundo, a las personas y como no a ti mismo.

¿De qué manera influyen en nuestro crecimiento personal?

El diálogo interno hace que tengamos conflictos internos, los cuales se manifiestan en la manera que tenemos de relacionarnos, en las actitudes, conductas y emociones, ya sea con nosotros mismos, o con los demás.

Por tanto, la persona que mantenga un diálogo interno muy exigente para si misma, puede trasladar esta conducta a los demás no permitiendo el error e incluso exigiéndolo.

Esto mismo, ocurre cuando a través del diálogo interno actuamos como críticos, jueces, evaluadores, entre otros. Todo esto acaba desgastando a la persona por su alto contenido cognitivo, y por los resultados sociales, que pueda llegar a obtener con esta actitud.

Todo ello, lleva a la persona a ver deteriorado su tejido social y su autoestima, reforzando de este modo al dialogo interno negativo a seguir instaurado, y, por ende, a seguir teniendo este desarrollo deteriorado a nivel personal.

Cuando nos hablamos a nosotros mismos, tiene la misma equivalencia que si escucháramos un diálogo en voz alta, puesto que tiene el mismo efecto. La diferencia está en que cuando hablamos con alguien tenemos más paciencia y somos más correctos, que cuando lo hacemos para nosotros mismos.

En el momento en el que comienzas a repetirte un pensamiento a través de tu diálogo interno, este será aceptado como una verdad absoluta. Esto usado de forma correcta, es bueno, ya que si por ejemplo estas nervioso, y te vas repitiendo que estas bien, este mensaje repetitivo hará que realmente creas que ya no estas nervioso, sino que estás bien porque, como comentaba, tu mente lo toma como un mensaje certero y así lo acepta.

De ello se encarga el lóbulo frontal, en concreto el área de broca que es la encargada del habla. Para ello, comienza un proceso de escucha en tu cerebro, dando lugar a una respuesta fisiológica y hormonal frente al mensaje repetitivo.

diálogo interno

Por tanto, aquellos mensajes que nos repetimos pueden provocar respuestas que estén relacionadas con el estado anímico y con ello con el crecimiento personal, potenciándonos o limitándonos. Ejemplo, si creemos que somos malos amigos, mi desarrollo personal va a ir encaminado junto con el diálogo interno que me limitara el avanzar sobre esa creencia. Si mi diálogo interno es positivo, creemos que somos buenos amigos, mi diálogo interno me potenciara para seguir avanzando sobre esa creencia.

Muestra de ello, es por ejemplo con las personas con discapacidad auditiva, en lugar de tener monólogos internos de forma verbal, ellos incorporan las señas, ya que es su forma de comunicarse.

En un estudio de Heayey, CL y Hurlburt, RT (2008). Los fenómenos de la experiencia interior. Conciencia y Cognición, 17, 798-810. Deja constancia que el 90% de las personas si mantiene un diálogo interior, frente a un 10% que no lo hace. Se trata de un estudio a pequeña escala y de autopercepción, por lo que no es concluyente.

Este estudio, aunque sea a pequeña escala, nos arroga la importancia de seguir investigando este campo, además de la importancia en saber conocernos y escucharnos, ya que puede que ese 10% no sepa interpretarlo, o interactuar con el mismo por falta de conocimiento sobre este tema.

dialogo interno

¿Hay sujetos más predispuestos a practicarlo y escucharlo?

Algunas personas viven atormentadas con el constante flujo de pensamiento que tienen en su mente, ya sean de connotaciones positivas o negativas, que de forma reiterada permanecen. El ruido mental que provocan todos estos pensamientos se convierte en una preocupación sin sentido real, por lograr darles respuesta y con ello darlos por finalizados y sacarlos de su mente. Pero lamentablemente lo que ocurre es lo contrario, que, en lugar de reducir ese bucle de pensamientos, estos aumenten.

Por tanto, las personas que se ven más colapsadas con todos estos pensamientos, quieren trabajarlos, porque literalmente les agotan, y los lleva a no encontrarse bien consigo mismas.
Una vez que son conocedoras de que su diálogo interno esta descontrolado, toman conciencia del mismo, y comienzan a escucharlo, para poder comprenderlo y darle solución.

En cambio, hay otras personas que no consiguen tomar consciencia de lo que les esta ocurriendo, por lo que no están dispuestos a corregir su diálogo interno.

En la práctica clínica, me encuentro que algunos pacientes no son conocedores de cómo su diálogo interno y sus sesgos cognitivos les están pasando factura en su vida. Cuando lo descubren toman nota de ello y comienza la predisposición al cambio.

Cuando realmente comienza el cambio de verdad es al identificar los pensamientos rumiativos y negativos. En ese momento es cuando se pueden empezar a reemplazar por afirmaciones en positivo. Una vez realizado, conseguimos controlar la situación, y recuperar la calma, sino se logra, las creencias limitantes y negativas que tenemos sobre nosotros mismos continuarían desbastándonos y autosaboteándonos.

Publicaciones Similares