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6 Reglas para motivar a tus hijos para que rindan mejor en el colegio

Llega la hora de ver el rendimiento académico de esta evaluación y comienzan los nervios de los hijos, los padres y profesores. Estos últimos me consultan cómo pueden trabajar, desde el propio colegio, el manejo de los alumnos y sus padres a la hora de enfrenarse a los resultados escolares.

Como padres nos preocupa el rendimiento que estén dando nuestros hijos en el colegio. Además, queremos ayudarles en todo lo que esté a nuestro alcance para que puedan obtener unos buenos resultados. Por ello, a veces, los lanzamos a nuestros hijos a clases extraescolares creyendo que es lo mejor para ofrecerles el impulso que necesitan. «¿Será lo que necesitan?»

6 Reglas para motivar a tus hijos para que rindan mejor en el colegio

El sistema educativo esta recibiendo continuas modificaciones en los últimos años, pero nos seguimos basando en enseñar, evaluar y calificar al alumnado aun siendo esta formula poco eficaz viendo los esfuerzos y los resultados. Pero nos queda claro que algo está fallando. Entonces, surge la duda:

¿Cuáles son las reglas para motivar a tus hijos para que rindan mejor en el colegio y así ayudarles?

Como sabemos, nuestros hijos entre si son diferentes. Pues esto mismo ocurre con los alumnos. Que cada uno tiene sus propias características. Por lo que es muy difícil adaptarse a la perfección a toda una clase. 

Para los padres os traigo una serie de pautas que, a nivel individual, pueden ser de gran utilidad para lograr que vuestros hijos rindan mejor en sus estudios:

1. Se debe trabajar sobre el esfuerzo en lugar de sobre el resultado

Solemos usar el sistema de premio o castigo en función de los resultados obtenidos en las notas académicas y no en función de los esfuerzos que en hijo a realizado.

Nos podemos encorar con diversos casos de niños. Pongamos un ejemplo: el niño que se esfuerza muchísimo todas las tardes tras llegar del colegio y que no vea reflejado su esfuerzo en las notas. En este caso, si sus padres deciden castigarle por no conseguir los resultados esperados, es posible que el niño deje de esforzarse, pues a aprendido que si se esfuerza tiene un castigo. 

¿Cómo trabajamos sobre el esfuerzo?

Para trabajar el esfuerzo tenemos que hacer uso de la motivación, ya que es el estado que le lleva a la persona a hacer cosas especificas con la finalidad de lograr sus metas. 

La motivación puede ser de dos tipos:

Motivación intrínseca: se da cuando la persona tiene una motivación interna por sacar adelante su objetivo. Por tanto, pone todo su esfuerzo y empeño para lograr su recompensa.

Ejemplo: El niño quiere sacar el examen de matemáticas porque lo ve como un reto personal, por ello se esfuerza al máximo y tiene mayor posibilidad de superar la asignatura que otro que no siente esa motivación interna.


Motivación extrínseca: se da cuando la persona es guiada por otra para realizar una actividad para conseguir un logro. En este caso es una motivación externa y no propia. Es menos potente que la intrínseca a nivel personal. 

Ejemplo: un niño no tiene una motivación interna de aprobar inglés pero sus padres sí. Aunque el niño se ponga a ello, es más probable que no apruebe.

Como hemos podido apreciar, la motivación intrínseca es muy potente. Por lo que para poder trabajar el esfuerzo académico, es muy interesante crear un sistema de recompensas externo para alcanzar la motivación intrínseca a medio plazo. 

Los niños que no presentan una motivación por sus estudios, pueden ser estimulados por los mismos a través de la consecución de premios del sistema de recompensas, llegando a sentir gozo y satisfacción por sus logros. 

En este punto el niño obtiene elogios de su profesor, mejores notas y la sensación de hacer mejor el trabajo en grupo de clase entre otras. 

Una vez que este sistema de recompensas externo ha hecho su trabajo, se comienza su retirada de manera gradual. De ese modo, el niño seguirá esforzándose con la motivación de obtener su recompensa. 

2. Trabaja pocas conductas de una vez

Cuando se comienza con el sistema de recompensas, se debe de tener claro cuando y por qué se va a premiar al niño. El niño tiene que saber bien cómo funciona este sistema y qué conductas se van a reforzar y de qué manera se va a trabajar para lograrlo. Deben de ser conductas que se puedan cuantificar y observar. Se han de trabajar de una conducta en otra, establecer de forma clara las recompensas y las pautas a seguir. 

Una vez establecido el plan de trabajo, lo ideal es seguir en esa misma línea sin modificaciones de última hora. Esto nos llevaría que el niño se frustre y que la técnica del sistema de recompensas no funcione correctamente. 

3. Establecer rutinas

Se trata de crear un nuevo hábito por conducta por repetición. Esto puede llegar a darse a partir de 21 días.  Debe de tenerse en cuenta los factores y las singularidades de cada persona, ya que la eficacia de las recompensas se puede ver afectada por ese motivo. 

La elección de la conducta, el tiempo que se le dedique y la proporción de la recompensa pueden ayudar a generar en el niño esta nueva rutina de estudio.

4. Trabajad en colaboración con el colegio

Las conductas que lleva a cabo nuestro hijo en el colegio nos revelan mucha información sobre cómo mejorar sus resultados académicos. Por tanto, tener una buena comunicación con los docentes del centro es una buena estrategia. 

Podemos solicitar una reunión individual para que nos cuenten cómo va el niño en clase y cómo se comporta. O bien, podemos mantener una comunicación diaria con sus profesores a través de la agenda escolar.

5. Traslada la autonomía poco a poco a tu hijo

Aunque siempre estés cerca y sepas que los exámenes están cerca, trata de esperar a que sea tu hijo el que por sí mismo decida ponerse a estudiar, ya que realmente se trata de su propia responsabilidad. 

Se debe de crear una estrategia en la que cada vez formes menos parte de la misma y cada vez tome más peso su presencia por sí solo. Siempre estarás dispuesto/a a supervisar lo que necesite pero el objetivo es que adquiera su propia autonomía y confianza en sí mismo. Para ello es muy importante que siga motivado. 

6. Estrategias

Se pueden usar muchas estrategias que nos van a reportar buenos resultados. Pero os voy a hablar de las economías de fichas.

¿Qué son las economías de fichas?

Son unas tablas en las que vamos a registrar en ellas las conductas meta y por otro lado si estas se consiguen o no. Cuando el niño llega a sumar la cantidad que había pactado con sus padres antes de comenzar, en la tabla se incorporan los distintivos que indican que se ha logrado. Estos pueden ser pegatinas, estrellitas, caras sonrientes, etc. Además implica que el niño recibe una recompensa. 

No usar en esta tabla el registro de incumplimiento del objetivo, con una cara triste o una cruz. Esto podría afectar a la motivación del niño frente a la estrategia.

Estas son algunas recomendaciones que podéis llevar a cabo desde casa, tened en cuenta que la supervisión de las mismas con un psicólogo especialista en infanto-juvenil puede ayudaros a gestionar que vuestros hijos adquieran mejores resultados académicos sin tanto sufrimiento ni para ellos, ni para vosotros.

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